domingo, 25 de octubre de 2015

Pan, trabajo, techo e igualdad

Las Marchas de la Dignidad nacieron con vocación de ruptura, ruptura de miseria, ruptura de la pérdida de lo imprescindible: la dignidad, que tradujimos en el mínimo “Pan,  techo y trabajo”.

Y la dignidad se puso en marcha con la unidad popular como medio, donde nos encontramos con muchos y donde el Movimiento Democrático de Mujeres estuvo desde el inicio, marchamos el 22M de 2014, y el 21J de ese mismo año, continuamos con la semana de lucha del 24 al 29 de Noviembre, el 21M de 2015 y el 1º de Mayo. Pero a cada paso de esas marchas, tuvimos que parar y alzar la voz “El 25 de Noviembre también es un día de lucha, debe ser asumido, y se asumió”, “el 8 de Marzo debe ser una fecha señalada en las marchas, y se asumió”.

Ahora caminamos hacia la gran movilización de mañana 22 de Octubre, que reivindica la derogación de las reformas laborales, la defensa de los servicios públicos, el derecho a una vivienda digna, el No a la ley Mordaza, el No al TTIP, la defensa de la igualdad, etc. Y este gran paso necesita de la unidad en la movilización social para impedir la institucionalización de los recortes sociales, las modificaciones de ley del aborto, derogar art. 135, y provocar una ruptura democrática y una transformación del sistema.

El MDM en clave feminista y como parte de un movimiento político y social asume todas estas reivindicaciones como propias, y nos posicionamos desde la óptica de la transversalidad de las luchas.  Las mujeres no somos un tema aparte, las mujeres somos causa y consecuencia, por eso estaremos presentes en la construcción de alternativas,  impregnadas de la transgresión y la rebeldía que nos da el aspirar a romper los hilos de un sistema que tiene en su raíz la dominación de las mujeres.

Para ello consideramos las Marchas de la Dignidad como la plataforma perfecta en la que confluyan diferentes exigencias, demandas, denuncias,  que desde la empatía se entrelacen y creen las condiciones para la unidad popular,  y que esa unidad construya una fuerza de movilización que multiplique.

¡Hacia la Gran Movilización del 22 de Octubre, construyendo unidad popular!

Pan, techo, trabajo, igualdad

domingo, 19 de julio de 2015

La unidad popular y la lucha de las mujeres

El otoño de 2015 se presenta como una oportunidad de derrotar el bipartidismo y sus políticas austericidas, descarnadas para la mayoría social. La vida no es compatible con el nuevo modelo social que están diseñando nuestros gobernantes, fieles servidores de un sistema capitalista que aniquila derechos humanos y civiles y que deshumaniza a mujeres y hombres, a quienes se humilla cuando pierden el trabajo, su casa, sus esperanzas y su futuro.

El sistema actual se erige en un monstruo que devora la igualdad entre mujeres y hombres y acrecienta las diferencias entre pobres y ricos, débiles y fuertes. Esta crisis-estafa está moldeando una sociedad en la que las mujeres no son libres para decidir sobre su cuerpo (contrarreforma de la Ley del Aborto), sufren mayor precariedad laboral, han sido obligadas a regresar al hogar para ocuparse de los niños y niñas, de las personas ancianas y de las dependientes; muchas mujeres son forzadas a ejercer la prostitución, la cual debería estar en la agenda de nuestros gobernantes para dar pasos hacia su abolición. Porque las mujeres somos más pobres, somos más vulnerables, porque el lenguaje sexista y los estereotipos machistas están en la escuela y en la calle, porque cada año asesinan a decenas de mujeres (21 en lo que llevamos de año 2015).

Cada una de estas razones hace imprescindible intentar conseguir la unidad popular entre organizaciones sociales, movimientos ecologistas, pacifistas, feministas, organizaciones políticas anticapitalistas, etc. La ruptura democrática es necesaria para revertir esta deriva social y económica y cambiar las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Es necesaria la unidad popular y en ella la unidad de las mujeres para empoderarnos y organizarnos mejor, para ser más y para ser decisivas. El poder popular, además, tiene que fijarse la meta de conseguir el poder político, estar en las instituciones para que la verdadera transformación social sea posible a través de nuevas leyes, con más participación ciudadana y con más democracia.

El movimiento feminista tiene que ser uno de los ejes vertebradores de esta unidad popular que lleva años fraguándose, pero que en este momento es una necesidad absoluta y la herramienta más valiosa y poderosa de transformación social y política.

El MDM con las Marchas de la dignidad

UNIDAD POPULAR PARA UNA GRAN MOVILIZACIÓN EL PRÓXIMO 22 DE OCTUBRE

Las Marchas de la dignidad nacieron con vocación de ruptura, ruptura de miseria, ruptura de la pérdida de lo imprescindible: la dignidad, que tradujimos en el mínimo “Pan, techo y trabajo”.
Y la dignidad se puso en marcha con la unidad popular como medio, donde nos encontramos con muchos y donde el Movimiento Democrático de Mujeres estuvo desde el inicio, marchamos el 22M de 2014, y el 21J de ese mismo año, continuamos con la semana de lucha del 24 al 29 de Noviembre, el 21M de 2015 y el 1º de Mayo. Pero a cada paso de esas marchas, tuvimos que parar y alzar la voz “El 25 de Noviembre también es un día de lucha, debe ser asumido, y se asumió”, “el 8 de Marzo debe ser una fecha señalada en las marchas, y se asumió”.
Ahora caminamos hacia una gran movilización el próximo 22 de Octubre, que reivindica la derogación de las reformas laborales, la defensa de los servicios públicos, el derecho a una vivienda digna, el No a la ley Mordaza, el No al TTIP, la defensa de la igualdad, etc. Y este gran paso necesita de la unidad en la movilización social para impedir la institucionalización de los recortes sociales, las modificaciones de ley del aborto, derogar art. 135, y provocar una ruptura democrática y una transformación del sistema.
El MDM en clave feminista y como parte de un movimiento político y social asume todas estas reivindicaciones como propias, y nos posicionamos desde la óptica de la transversalidad de las luchas. Las mujeres no somos un tema aparte, las mujeres somos causa y consecuencia, por eso estaremos presentes en la construcción de alternativas, impregnadas de la transgresión y la rebeldía que nos da el aspirar a romper los hilos de un sistema que tiene en su raíz la dominación de las mujeres.
Para ello consideramos las Marchas de la Dignidad como la plataforma perfecta en la que confluyan diferentes exigencias, demandas, denuncias, que desde la empatía se entrelacen y creen las condiciones para la unidad popular, y que esa unidad construya una fuerza de movilización que multiplique.
Hacia la Gran Movilización del 22 de Octubre, construyendo unidad popular.

Pan, techo, trabajo, igualdad